Dicen que las más grandes historias de amor son siempre cuestión de voluntad. Con esa misma voluntad, desde hay más de mil años, millones de personas llegan a Santiago de Compostela en un momento crucial de sus vidas, siguiendo un camino milenario capaz de cambiar a quienes se aventuran por él.
Al llegar a la meta, además del patrimonio, el paisaje, la cultura y la cocina, en la ciudad espera un secreto bien guardado: la receta de los buenos amores. Y queremos compartirla con las parejas que buscan, inician, celebran, consolidan o reviven su relación en un escenario único.
Necesitaremos ...
Una ciudad ideal nacida de un milagro, con cientos de rúas, monumentos y rincones inspiradores, en los que la belleza contagia y emociona.
Una Catedral a la que peregrina toda la Humanidad, iglesias con historia, pazos y salones palaciegos para todo tipo de ceremonias.
Hoteles históricos, de diseño, con encanto, gastronómicos, rurales, familiares, para alojarse y celebrar.
Una mesa siempre servida con los mejores productos del mar y de la huerta gallega en más de mil establecimientospara todos los gustos.
Un modo de vida sencillo y riquiño, para disfrutar de una ciudad pequeña, segura, humana y acogedora, fácil de entender y recorrer a todas horas.
Una oferta incesante de eventos culturales, fiestas tradicionales, visitas, arte, bienestar, vida nocturna, naturaleza, aventura, relax y mucho que probar y comprar.
Un entorno rural y patrimonial paradisíaco: playas atlánticas, ciudades romanas, monasterios perdidos, ríos rumorosos, aldeas de piedra... para escapadas y excursiones de un día.
Mil años de hospitalidad y amor por las cosas bien hechas, para ofreceros facilidades y experiencias inolvidables en los días más importantes de vuestras vidas.
Cual aroma de rosas que sale de entre el ramaje
en mañana de mayo, hay amores suaves
que ni venir se sienten, ni se ven cuando entrasen
por la mimosa puerta que el corazón les abre
como en agosto la flor
al rocío de la tarde.
Y sin rumor ni queja, ni lloros, ni cantares,
blandos así y saudosos, cual un aliento de ángeles,
en nos encarnan puros, corren con nuestra sangre
y el yermo reverdecen del alma en que morasen.
Busca estos amores..., búscalos,
si alguien te los pueda dar;
solo estos son los que duran
en la vida, que es pasar.
Rosalía de Castro, “Hojas Nuevas”